¿En qué consiste un TAC coronario?
Un TAC coronario es una técnica radiológica no invasiva que adquiere imágenes del corazón en movimiento en unos pocos segundos permitiendo una visualización directa de las arterias coronarias, de la aorta y de las demás estructuras del corazón.
En este caso el TAC coronario precisa de la administración de contraste para poder visualizar las arterias coronarias y detectar la presencia de lesiones coronarias que puedan estar originando un estrechamiento y ser la causa de las molestias torácicas. Además, nos permitirá evaluar algunas lesiones valvulares y en determinadas ocasiones valorar el funcionamiento cardiaco.
Al igual que los rayos X tradicionales, produce múltiples imágenes o fotografías del interior del cuerpo. Las imágenes transversales generadas durante una exploración por TAC se pueden reformatear en múltiples planos. Incluso se pueden generar imágenes tridimensionales que nos permiten el estudio de las arterias coronarias.
No requiere ingreso hospitalario. Es una exploración sencilla, segura, rápida e indolora. Se realiza habitualmente de manera ambulatoria en ayunas de unas 4 horas. Aunque la adquisición de las imágenes es muy breve, el estudio puede prolongarse unos 30 minutos. La frecuencia cardiaca debe ser baja y regular, por lo que se administran fármacos que disminuyen dicha frecuencia. También puede emplearse medicación sublingual (nitroglicerina) para dilatar y mejorar las imágenes de las arterias coronarias
Utilidad del TAC Coronario
Las utilidades del TAC coronario están en constante expansión, pero se podrían agrupar en dos apartados:
En personas asintomáticas: Prevención cardiovascular
Valoración riesgo cardiovascular mediante la cuantificación del calcio coronario, lo que nos permite un diagnóstico precoz de la presencia de arteriosclerosis coronaria en personas asintomáticas
Hasta hace poco la estratificación del riesgo coronario se realizaba únicamente mediante criterios clínicos y la detección de factores de riesgo ambientales y personales, tales como cifras elevadas de colesterol, HTA, antecedentes familiares… Sin embargo, dichos factores de riesgo hacen una “aproximación probabilística” y no siempre identifican de manera certera al paciente con enfermedad coronaria, dado que hasta un 20% de aquellos que desarrollan eventos coronarios carecen de factores de riesgo mayores.
Si tenemos en cuenta que un alto porcentaje de la población asintomática desarrollará una enfermedad coronaria, la detección individualizada de la enfermedad antes de que desarrolle síntomas nos puede permitir la instauración temprana de medidas que modifiquen el riesgo, y de esta manera disminuyan la posibilidad de un evento coronario agudo a mediano plazo.
La evaluación del riesgo coronario mediante la utilización del score o puntuación de calcio es un método que ha demostrado su utilidad en la estratificación del riesgo cardiovascular y coronario en los pacientes asintomáticos. La presencia de calcio coronario es un marcador de arteriosclerosis coronaria subyacente, es decir de la existencia de placas que se han producido en el interior de las arterias por acumulación de grasa y otras sustancias, que terminan calcificándose. Además, con el tiempo, la progresión del tamaño de las placas o su rotura, puede estrechar y obstruir las arterias provocando una angina de pecho o un infarto agudo de miocardio.
La cantidad de calcio coronario se relaciona con la extensión de enfermedad coronaria y con la probabilidad de eventos futuros, aumentando la precisión del riesgo cardiovascular que ya se tiene con los factores de riesgo habituales, permitiendo una mejor prevención cardiovascular. Por otro lado, la ausencia de calcio coronario implica un riesgo muy bajo de un evento cardiovascular en los siguientes dos a cinco años.
La determinación del calcio coronario se realiza en el TAC cardiaco de manera sencilla, rápida, indolora, no precisa de la administración de contraste ni preparación previa, pudiendo regresar a sus actividades normales inmediatamente después del examen.
En pacientes con dolor o molestias torácicas: diagnóstico de la enfermedad coronaria
El TC coronario permite descartar enfermedad coronaria con una precisión superior al 95%
Muchos pacientes acuden a la consulta de Cardiología por un dolor torácico, algo que puede responder a muy distintas causas, desde molestias musculoesqueléticas, reflujo gastroesofágico o trastornos de ansiedad, hasta una patología grave de las arterias coronarias siendo difícil en muchas ocasiones determinar de manera precisa la causa del dolor.
Si bien clásicamente se consideraba a la prueba de esfuerzo como una de las pruebas iniciales a realizar en un paciente con dolor torácico y sospecha de enfermedad coronaria, hoy en día, ante la escasa sensibilidad y precisión diagnostica de la prueba de esfuerzo (solo se diagnostica con la prueba de esfuerzo al 60% de los pacientes con enfermedad coronaria) el TAC coronario ha pasado al primer escalón por su alta fiabilidad diagnóstica, ya que su precisión para descartar enfermedad coronaria supera el 96%.
En caso de que el paciente presente una enfermedad en las arterias coronarias, la rapidez en el diagnóstico y valoración de la severidad de la enfermedad coronaria por medio del TAC nos orientará acerca del tratamiento farmacológico necesario, y en su caso, de la necesidad de hacer un cateterismo cardiaco para confirmación de los hallazgos y completar el tratamiento mediante la revascularización coronaria a través del implante de stents o de forma quirúrgica.
Esta prueba estará indicada en pacientes sintomáticos, con dolor torácico y sospecha baja o intermedia de enfermedad coronaria (si la sospecha es muy alta se puede ir directamente al cateterismo), pacientes con prueba esfuerzo no concluyente, miocardiopatías de origen desconocido, anomalías coronarias congénitas… En pacientes asintomáticos solo estará indicado en algún subgrupo de muy alto riesgo coronario (hipercolesterolemia familiar, antecedentes familiares sobrecargados de enfermedad coronaria precoz…).